El niño perfecto y el niño solitario
17 de mayo de 2010.- Son dos formas de
maltrato poco conocidas. El intento de fabricar niños perfectos o
genios, niños 10, representa una nueva forma de maltrato. Son niños que
incluso antes de ir a la escuela o durante el periodo escolar tienen un
programa completo de estimulación y de entrenamiento que ocupa todas las
horas del día, dificultando o impidiendo el desarrollo equilibrado de
la personalidad y del área motora, sensitiva, creativa y social.
Son niños que no tienen ocio ni tiempo libre, que no juegan y por ello pueden desarrollar carencias afectivas, de relación y de personalidad.
El juego es fundamental en la vida de los niños de cualquier edad,
sirve para desarrollar la imaginación, liberar tensiones, aprender y
entrenar las diferentes habilidades motoras, sensoriales y afectivas de
una manera fisiológica, acorde con cada etapa de la vida.
El intento de fabricar niños perfectos procede de la falsa creencia
que tienen algunos padres de que la estimulación temprana, útil como
técnica terapéutica para los niños con retraso psicomotor, puede en los
niños normales convertirlos en niños perfectos, genios o niños 10. Esta
moda se inició en algunos países ricos, entre los sectores consumistas y
más triunfadores y competitivos de la sociedad. Por ello, ha sido
copiada por algunos padres que someten a sus hijos desde corta edad a
clases de música, idiomas, informática, natación, ballet, equitación y
otras más, que mantienen a estos niños agotados física y psíquicamente la mayor parte de las horas diurnas.
Las jornadas de estos niños tan ocupados con actividades escolares y
extraescolares es tan intensa como las de sus padres, que llegan a casa
agotados pero sin sentimiento de culpa porque están fabricando a hijos
futuros triunfadores. Sin embargo, estos niños sufren carencias afectivas, no desarrollan su potencial creativo ni motriz
y en el futuro pueden ser dependientes, inseguros, inmaduros y tener
conflictos de personalidad y trastornos del comportamiento.
Más tarde, pueden ser niños inadaptados sociales, lo contrario a lo
que se pretende, o niños con escasa capacidad para solucionar los
problemas cotidianos por sí mismos, acostumbrados a que los adultos les
resuelvan los problemas. Debes conocer esta forma inadecuada de educar a
los niños, para evitarlo, también para aconsejar a los padres que tú
consideres oportuno.
Los niños solitarios o niños de la llave. Así se
conoce a los niños o adolescentes jóvenes que cuando terminan el horario
escolar están solos, vuelven solos del colegio. Con la llave que portan
abren su piso o su apartamento, meriendan, estudian, juegan, ven la
televisión y a veces cenan solos, hasta que su madre, padre o ambos
vuelven a casa. A veces son hijos de familias uniparentales, otras no,
en las que los padres, generalmente por causa de la organización de sus
trabajos o por motivos sociales, acuden tarde a sus casas.
Algunos de estos padres intentan compensar el escaso tiempo que dedican a sus hijos con regalos innecesarios, que nunca pueden sustituir a la conversación y cariño, a la compañía materna o paterna.
Los niños que pasan la tarde solos, tienen, lógicamente, un gran
sentimiento de soledad, a veces incluso de abandono, otros desarrollan
conductas de rechazo familiar manifestado por contestaciones, gestos o
signos de rebeldía. Algunos de estos niños sufren depresión, inestabilidad emocional y más tarde pueden desarrollar inadaptación social,
alteraciones del comportamiento alimentario o dependencia de alcohol u
otras drogas; casi todos desarrollan carencias afectivas que por sí
mismo es una negligencia materna o paterna.
Además, no aprenden la estructura familiar, el diálogo, respeto,
ayuda y resto de los conceptos y hábitos que se transmiten en la
convivencia rutinaria de una familia estructurada, independientemente de
que tenga un solo padre o dos. Aunque los padres tienen suficientes
excusas laborales o sociales para intentar justificar la soledad de
estos niños, debes convencer a esos padres del alto coste en salud
física y psicológica y del riesgo de inadaptación social y patología
mental.
Siempre es más rentable para el padre, la madre o ambos, cambiar la
actividad laboral, modificar o posponer la actividad social. Y cuando
ello sea absolutamente imposible, recoger al niño del colegio y
permitirle que comparta el resto de las horas extraescolares, o
dedicando al llegar a casa todo el tiempo disponible, dedicación en
forma de juegos, conversación o realización de actividades de la casa
juntos.
Además, los niños que están solos en casa tienen más riesgo de
accidentes domésticos, caídas, atragantamientos, quemaduras e
intoxicaciones y ellos pueden no tener capacidad para resolver la
situación ni para solicitar ayuda.
Juan Casado es jefe de Servicio del Hospital Infantil del Niño Jesús y profesor de pediatría de la Universidad Autónoma de Madrid.